Enfermedades más comunes

Las tortugas de tierra padecen enfermedades muy similares a las de las tortugas de agua: el reblandecimiento del caparazón, infecciones, parásitos, etc. Al igual que sus congéneres acuáticos, la mejor forma de prevenir enfermedades es con una dieta variada, que mezcle el pienso preparado con frutas y vegetales frescos. La higiene también es importante a la hora de prevenir futuras enfermedades, hay que mantener el habitáculo de la tortuga limpio.

Sobrecrecimiento de la mandíbula 

Es el problema más frecuente en las tortugas terrestres. Sus síntomas son que el pico o boca llegan a desarrollarse más de lo debido, de modo que se deforma e imposibilita el acceso al alimento. Esa deformación debe ser arreglada y recortada por el veterinario.



Diarrea 

Puede producirse si alimentamos exclusivamente de lechuga a nuestra mascota. La forma de solucionarlo es proporcionándole comida menos hidratada y añadir alfalfa a la dieta. Si las heces huelen excepcionalmente mal, hay que recurrir al veterinario, la tortuga podría sufrir lombrices.

Pudrición de la concha

Se produce por choques con otras tortugas o caídas. Hay que retirar los trozos sueltos y limpiar cada día la herida con Betadine. La exposición al aire libre ayuda a curar el caparazón.


Neumonía

Un ambiente húmedo o polvoriento, el contagio, o una temperatura inadecuada causan esta enfermedad. Si la tortuga tiene la boca abierta de forma continua, el cuello estirado y muestra dificultad para respirar, tiene mucosidad en nariz y boca, las patas débiles, introduce con dificultad los miembros y cabeza en el caparazón o respira con la boca abierta, es síntoma de neumonía. Si además su tortuga anda con los ojos cerrados, como si estuviera ciega, significa que la tortuga necesita antibióticos rápidamente, hay que ir inmediatamente al veterinario.


Rinitis

Es un cuadro bastante común en tortugas en cautiverio. Siendo originarias de clima árido y seco, al ser trasladadas a las grandes ciudades como Buenos Aires puede que no se adapten a la humedad y enfermen. La rinitis suele manifestarse como “globitos” en la nariz, o ruido al respirar. Si una tortuga tiene alguno de estos síntomas se debe acudir con urgencia al veterinario. El doctor le indicada un medicamento y probablemente se la deba nebulizar con antibiótico. Si conviven varias tortugas, y una presenta síntomas se las debe separar ya que es altamente contagioso. Además lavarse bien las manos luego de manipular una enferma antes de tocar una sana.


Piramidismo (Pyramiding)

Por desgracia este tipo de deformación es bastante frecuente entre las tortugas criadas en cautividad. Esta deformación se produce básicamente en tortugas terrestres, y podremos identificarla por un crecimiento en forma de pirámide de los distintos escudos del caparazón de una tortuga. Este tipo de deformación produce un crecimiento más rápido de los escudos que no de los huesos del propio caparazón, por lo que los órganos internos quedan atrapados en un espacio demasiado reducido.

Siempre se había considerado que el único causante de esta deformación era el exceso de proteínas en la alimentación de las tortugas o bien el exceso de alimentación, pero se ha demostrado también que la falta de humedad ambiental produce este crecimiento deformado. La falta de calcio y de sol puede favorecer este tipo de enfermedad.


Especies más afectadas

En general las especies que crecen de forma más rápida suelen padecer este tipo de enfermedad. Entre estas especies cabe destacar la tortuga de espolones (Centrochelys sulcata) y la tortuga leopardo (Stigmochelys pardalis). Algunas especies del género Testudo pueden padecer también este tipo deformaciones, pero se da con más frecuencia entre los ejemplares mantenidos en terrarios. Los animales que viven en recintos al aire libre suelen tener una mayor humedad ambiental y una alimentación más equilibrada, ya que pueden alimentarse de plantas silvestres.

A parte de estas especies, podremos encontrar este tipo de deformación básicamente en especies de tortugas terrestres. Hay que tener en cuenta también que algunas especies ya tienen de por si el los escudos del caparazón con cierta forma cónica, como por ejemplo Geochelone elegans o Astrochelys radiata.

¿Cómo evitarlo?

Para evitar el piramidismo deberemos seguir tres reglas fundamentales:

Dar a nuestras tortugas el alimento más adecuado para ellas. En tortugas terrestres deberemos saber exactamente qué debe comer cada especie, para evitar la ingesta de una cantidad demasiado elevada de proteínas. 
No alimentar de forma excesiva nuestras tortugas. Si se las alimenta varias veces al día y con una gran cantidad de alimento (aunque se trate de los alimentos adecuados) podemos provocar un crecimiento excesivamente rápido de nuestras tortugas. 
Debemos evitar que en nuestros terrarios y recintos haya una humedad ambiental demasiado baja. Para aumentar la humedad ambiental bastará con rociar el terrario cada dos o tres días con un poco de agua. En especies que necesiten humedades más elevadas, comoChelonoidis carbonaria, deberemos pulverizar agua a diario. En el caso de Stigmochelys pardalis yCentrochelys sulcata no deberemos mantenerlas en un terrario de tipo desértico. El substrato a utilizar debería ser de algún tipo que retenga mejor la humedad que no la arena desértica (como por ejemplo coco-chips, cortezas, mantillo...). 

¿Cómo curarlo?

Se trata de un proceso irreversible, ya que no podemos "modificar" el crecimiento deformado del caparazón. Lo que sí podemos hacer es frenar este proceso para que no se agrave más, alimentando adecuadamente a nuestras tortugas y proporcionándoles unas instalaciones óptimas.

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